Por: Francisca Jaksic y Paula Castillo
Estudiantes de Geografía, Escuela de Formación Territorial GEOUACh

A finales del año 2019, Valdivia fue seleccionada como la mejor ciudad para vivir en Chile[1], superando nuevamente a la ciudad de Viña del Mar la cual había disputado este lugar años anteriores. Sin embargo, a pesar de los constantes elogios que recibe esta ciudad por su cultura impregnada de las tradiciones de los colonos alemanes, del apego de las y los valdivianos a las artes musicales y visuales, y del potencial turístico que destaca a la ciudad, poco se habla de la desigual distribución socioespacial que presenta “la perla del sur”[2].

Si consideramos la estructura de la ciudad de Valdivia, es necesario mencionar el río que cruza por esta, el cual ha significado históricamente un punto de encuentro e intercambio para sus pobladoras y pobladores y que, en la actualidad, se sitúa como un punto referencial de las distribuciones socioespaciales, además de marcar uno de los atractivos más importantes para el turismo en la ciudad. En cierto sentido, esta misma trayectoria marco la posición de la ribera del río Valdivia –sobre todo en su punto de conexión con la famosa Isla Teja- como el centro y vida de la ciudad, desde el cual se van desplegando los distintos sectores que conforman la ciudad, en una suerte de centro-periferia.

Habitualmente el concepto periferia se asocia a las grandes metrópolis (Contreras, 2019), pero atendiendo la realidad de ciudades como Valdivia, la cual en los últimos años ha crecido exponencialmente y que mantiene diferencias sociales y espaciales muy marcadas, resulta acertado ocupar el concepto para referir la relación de estos nuevos espacios segregados del resto de la ciudad[3]. Entonces, es posible reflejar esta forma desigual en que se trata[4] a tres puntos dentro de la ciudad: la zona central que bordea el río Valdivia, específicamente los alrededores de la conexión Valdivia – Isla Teja, el Barrio Arica, población que se erige a orillas del río, pero alejada de las zonas centrales y Silos de Torobayo, ubicado camino al sector costero de la ciudad.

Pero ¿por qué denominamos a estos tres espacios que emergen junto al río como desiguales? Al comparar estos tres puntos, vemos las dos caras de una moneda, por un lado, la parte central donde es posible encontrar casonas antiguas que le dan la espalda a la ciudad, y el sector Silos de Torobayo que se conforma por condominios y edificios; ambos espacios mantienen tanto una vista, como acceso privilegiado a las aguas del río, y, por consiguiente, no cualquiera vive en estas zonas. Sin embargo, el tercer punto al que hacemos mención, a pesar de que mantiene la misma cercanía al río que los sectores anteriormente mencionados, no cuenta con el mismo acceso a este debido a la instalación de la Portuaria Corral, que se dedica a procesar maderas para convertirlas en el chip que posteriormente se exporta a China y Japón[5].

 
A la izquierda, el intento por ver el río desde la Población Arica, a la derecha marina en sector Torobayo

Ahora bien, para responder a nuestra pregunta, en las descripciones anteriores reflejamos el punto en común de estos espacios periféricos de la ciudad,  y que consideramos crucial para entender la desigualdad, pues el acceso al río se constituye como un derecho de las personas, sobre todo de quienes habitan el espacio. Sin embargo, en el caso del Barrio Arica se ve permeado por intereses de privados, no obstante, cruzando el río en el sector Silos de Torobayo, vemos que la situación es totalmente distinta, pues el río forma parte del paisaje y la cotidianeidad de sus habitantes. Entonces, es posible establecer una relación entre el acceso al río y el privilegio, debido a que mientras existen quienes pueden elegir tener acceso a este, existen otros, como las y los pobladores del Barrio Arica que son privados de su derecho a acceder al río, mediante la instalación de un puerto industrial que los despoja de un espacio que fue -y probablemente sigue siendo- parte crucial de su historia y memoria.

Referencias

[1] “Valdivia es elegida nuevamente como la mejor ciudad para vivir en Chile”, Meganoticias. Disponible en: https://www.meganoticias.cl/nacional/286315-valdivia-mejor-ciudad-para-vivir-chile-encuesta-estudio.html

[2] “Valdivia: la perla del sur, 24 horas. Disponible en: https://www.24horas.cl/tendencias/porfinvacaciones/valdivia-la-perla-del-sur-de-chile–397547

[3] En este sentido, cabe destacar que Valdivia mantiene a lo menos dos tipos de periferias (Ortiz, 2009) las cuales se diferencian por el estrato socioeconómico de sus habitantes, siendo las periferias urbanas de estratos altos las que se conforman como espacios cerrados con respecto al resto de la ciudad, por el contrario, las periferias más populares de la ciudad se entienden desde niveles de pobreza y de escaza conexión con servicios básicos (Contreras, 2019)[3] En este sentido, cabe destacar que Valdivia mantiene a lo menos dos tipos de periferias (Contreras, 2009) las cuales se diferencian por el estrato socioeconómico de sus habitantes, siendo las periferias urbanas de estratos altos las que se conforman como espacios cerrados con respecto al resto de la ciudad. Por el contrario, las periferias más populares se entienden desde niveles de pobreza y de escaza conexión con servicios básicos (Contreras, 2019)

[4] Hablamos de se trata, pues como señala Miguel Contreras (2009), la ciudad es un “fenómeno socialmente construido” (p. 5) por tanto, son las y los actores los que van moldeando como se relacionan con los espacios habitados.  

[5] Véase la página de la Portuaria, en https://www.saam.com/terminales-portuarios/portuaria-corral/